Atrás quedaron vidas que fueron amadas y sinceramente admiradas Se las tragó un tiempo despiadado que se desparramó como un alud de dolor, muerte y sufrimiento. Y aún duelen las heridas en los corazones que siguen latiendo buscando con ansiedad un tiempo esperanzado y luminoso Pero el dolor y la esperanza a menudo van de la mano y el tiempo nuevo resucita la alegría. Atrás quearon vidas que nos hicieron felices y nos llenaron de entusiasmo En nosotros queda su fuerza para siempre. Dolor y esperanza: no os separéis jamás mientras los años vayan y vengan en esta vida mía. No podría seguir luchando.
(dedicado a Ángela Mouriz a David Beriáin a las víctimas del Covid y a las víctimas de las guerras de 2021)
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