Es la alegría de la plaza
cuando cae la noche
durante el tiempo de Navidad.
Entonces despliega sus destellos
azules, blancos y dorados
y se convierte
en una cueva mágica
de luz y fantasía.
por donde pasan
pequeños y mayores
y donde se oyen
risas.
Pero ni siquiera ella
se ha librado
del reino del absurdo.
Manos que no conocen
la alegría
rasgaron su piel
de estrellas.
Por algún motivo
su luz no vino
a iluminar
algunas de nuestras noches.
¿Quién te apagó?
¿Por qué dejaron
tu rincón a oscuras?
Hoy vuelves a lucir,
bajo la lluvia
alegre y erguida
aunque se te noten
tus heridas.
Bienvenida, de nuevo,
esfera azul brillante
de mi Navidad de destellos
callejeros
Bienvenida a mi plaza:
somos muchos más
los que te queremos.
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