Una mochila

En una mochila

tuvo que caber su vida.

No había otro remedio.

Salieron despavoridos

huyendo de la guadaña

que está segando vidas

de una punta a otra de su país

en manos de un poderoso

que está cegado

a lo que no sea su propia sombra.

Que no se detiene a mirar

los rostros de mujeres y niños

jóvenes y ancianos,

rotos por el dolor y el miedo

que hay bajo sus bombas

asesinas.

Familias fracturadas

incertidumbre

Muerte.

Sangre.

Desolación

de millones de inocentes.

Una pareja joven

había logrado salir del infierno.

Toda su vida destrozada

y una mochila

como todo equipaje.

Atrás quedaron casa, muebles,

objetos queridos, amigos amados.

No podían comunicarse

sino con gestos.

Al menos se tenían el uno al otro

y su ligera mochila.

Se dirigían a Pamplona.

Ojalá encuentren

en nuestra ciudad

el sosiego y la paz que buscan.

Pero el dolor por la patria herida,

todavía en llamas,

la familia que quedó atrás

los amigos muertos,

la vida truncada

es demasiado profundo

para sanarlo

con la distancia.

(A una pareja de refugiados ucranianos)

Photo by Zephan Ayoob on Unsplash

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Poesía de lo cotidiano en el mirador

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