Balón perdido


¿Quién me librará
de mi trampa
de alambre y piedra?

Mientras nadie mire
a mi desdicha 
abandonada,

mis esperanzas 
son tan vanas
como un suspiro.

Ayer era imprescindible:
sin mí no había alegría.
Hoy soy historia rota.

He corrido presto
en todas direcciones
a donde me mandaran

los pies infantiles
que pueblan mi plaza
cada atardecer benigno

Me han coreado goles,
cuando llegaba a la meta.
He pasado de bota en bota

zigzagueando en medio
de un bosque de piernas
que no descansan.

Nunca les he fallado.
¿quién me lanzó a lo alto
para clavarme en esta fachada?

Desde aquí veo
a otros jugar
donde yo reiné un día

Qué caprichosa es la gloria
que un día te encumbra
y al siguiente te rechaza

porque si faltas un segundo 
enseguida encuentra
a quien te relegue

al olvido. 

(A un balón de fútbol atrapado entre las trampas para palomas de la fachada de las escuelas de San Francisco)



 


Leave a Reply

%d bloggers like this: