El abeto torcido
El abeto torcido

El abeto torcido

Algún golpe fuerte
debió darte la vida
para robarte
tu estampa rectilínea.

Mientras la copa 
de tus hermanos
apunta orgullosa
directa al sol de mediodía

La tuya 
se inclina 
torcida y humilde
hacia el dorado atardecer

Cualquiera que fuere
la razón del desvarío,
no arrancó tus raíces
hincadas en la tierra que amas.

Y aunque es más difícil
crecer con heridas abiertas
expuestas a las burlas 
inexplicables, 

al lograrlo 
te hiciste más fuerte
y tu sombra
se hizo mayor.

No llores más,
mi abeto torcido,
esas lágrimas de resina,
sangre y lluvia.

No llores más
porque con tu figura
alientas al caminante 
que ha perdido el rumbo.

Tu silueta escorada
habla de las luchas 
perdidas y vencidas
que hacen a los héroes.

Porque también los hay
que mueren viejos y desapercibidos
tras trazar sin pretenderlo
las más apasionantes épicas.

© Olga Brajnović 31-7-23

A un abeto del parque de la Taconera










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