¿Cuántas mañanas has brillado vestida de gala sin adornarte? ¿Cuántas noches has atronado en embriagada algarabía? ¿Cuántos ecos de gritos airados han recogido tus esquinas? ¿Cuántos juegos han nacido en imaginaciones nuevas sobre tu manto de piedra? Pasos alegres, pisadas vacilantes, carreras aterradas, saltos divertidos, Todos han cabido en tu paisaje afable que cada mañana se limpia la cara para mostrarse acogedor, aunque a veces lo hieran los vándalos de la ira trastocada. Pero ellos pasan de largo como una fugaz pesadilla y nosotros nos quedamos en tu realidad sonriente. Y cuando ya no estemos seguirás alegrando la vida de los que lleguen con maletas diferentes. (Dedicada a la Plaza de San Francisco de Pamplona )
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