Sorprendentemente
mi música fluye libre
aunque de puntillas
por caminos inexplorados
para descubrir sonidos
y emociones
que están en mi interior
y yo no lo sabía.
Armonías, disonancias,
enigmas, melodías nuevas,
un nuevo mundo
lleno de sorpresas
que de pronto
se ha abierto para mí,
como un portón
empujado por una tormenta
que pierde su cerradura
y no puede contener
el viento impetuoso
con sabor a mar.
Me he atrevido
a improvisar
con mi violín.
He iniciado
un nuevo periplo
por mi vida
de pequeños
acontecimientos
íntimos e imperfectos
que me hacen feliz.
Espacio para ideas y comentariosCancelar respuesta