Incontables pasos
han hollado la ruta
que atraviesa mi barrio
camino de Santiago

Millones de historias
que llenarían novelas
han pasado cargadas
en espaldas silenciosas

Siguen la ruta conocida
con una meta precisa
aunque esté lejos
y augure arduos altibajos.

Los miramos pasar
con curiosidad
y cierta añoranza
de la aventura perdida.

¡Quién pudiera 
abandonar la rutina
y salir a campo abierto
durante treinta días!

Pero los pasos de la vida
a veces están atados
por los amores que hallamos
y nos reclaman a su lado.

Pasan los caminantes
con sus esperanzas 
tocando la historia
de siglos entre la que habito.

Pero ellos están de paso
y pronto todo lo que han visto
será un recuerdo más.
Yo soy parte del paisaje.

Me quedo a la sombra
de las torres fortaleza
de los antiguos burgos
y sigo mi camino diario.

No me pena
porque permanezco
y lo que más deseo
me espera en mi casa.

No llevo mochila
ni botas andarinas
ni mapa para perderme
ni bastón de palo.

Pero también soy peregrino.
También llevo mi historia
que llenaría una novela
cargada a mis espaldas.

He elegido mi ruta
y mis compañeros de viaje.
No se dónde acaba mi destino
y esa es la clave de mi aventura. 





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