Incontables pasos han hollado la ruta que atraviesa mi barrio camino de Santiago Millones de historias que llenarían novelas han pasado cargadas en espaldas silenciosas Siguen la ruta conocida con una meta precisa aunque esté lejos y augure arduos altibajos. Los miramos pasar con curiosidad y cierta añoranza de la aventura perdida. ¡Quién pudiera abandonar la rutina y salir a campo abierto durante treinta días! Pero los pasos de la vida a veces están atados por los amores que hallamos y nos reclaman a su lado. Pasan los caminantes con sus esperanzas tocando la historia de siglos entre la que habito. Pero ellos están de paso y pronto todo lo que han visto será un recuerdo más. Yo soy parte del paisaje. Me quedo a la sombra de las torres fortaleza de los antiguos burgos y sigo mi camino diario. No me pena porque permanezco y lo que más deseo me espera en mi casa. No llevo mochila ni botas andarinas ni mapa para perderme ni bastón de palo. Pero también soy peregrino. También llevo mi historia que llenaría una novela cargada a mis espaldas. He elegido mi ruta y mis compañeros de viaje. No se dónde acaba mi destino y esa es la clave de mi aventura.
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