He soñado mares de cristal
bañando mi cuerpo
y brisas de plata
enredando mi pelo
He perseguido veleros de nieve
surcando mi cielo
y he dejado estelas infinitas
revelando mis rumbos secretos.
He despertado en la roca dura
que golpea mis huesos
y me he desperezado
bajo nubes plomizas.
He caminado sobre adoquines
hacia los edificios de colores
de mi barrio querido.
Y he encontrado mi hogar
donde arde la llama
del que me espera
hasta cuando me escapo
con la mente
a paraísos imposibles.
Son hermosos, pero fríos,
por muy brillante que luzca
el sol sobre la arena.
En ellos falta
el corazón que late conmigo
y convierte mi mundo cierto
en la aventura más bella.
Con él me fundo
al cruzar el umbral
de la puerta
que da paso
a todo lo que vivimos juntos
mi bien, amándonos.
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