Infancia

1 minuto

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A veces creemos que la hemos perdido

para siempre

en mil tropiezos y amarguras

que el tiempo amontona

sobre nuestras espaldas

doloridas.

Nos da miedo la fantasía

porque estamos demasiado cubiertos

de heridas reales.

Nos han robado la imaginación

con la avalancha de imágenes fabricadas

por la industria de la mentira.

Y sin embargo, basta una mirada inocente

que aún no conoce el mal,

que puede imaginar

mundos fantásticos

y asombrarse con una ilusión,

para despertar

en el fondo del alma

esa infancia que creíamos perdida.

Y ponernos a jugar

con los que aún la estrenan

a los regalos que vienen de Oriente

volviendo al país de la inocencia,

de las miradas limpias

y de la alegría.

(Dedicado a todos los pequeños y a sus padres que pasaron por mi plaza, felices después de recibir a los Reyes Magos en el Portal de Francia de Pamplona y me levantaron el ánimo con su bullicio y la luz de sus miradas. )

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Desde La Plaza de San Francisco

Poesía de lo cotidiano en el mirador

del casco antiguo de Pamplona

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