Duermen las calles húmedas
en el silencio fugaz de la madrugada.
Sueñan pequeños y mayores
con sus dispares fantasías.
El día está de estreno
sin desvelar sus dramas y gozos
A la espera de que suenen las campanas
de las torres antiguas de mi barrio
o pongan en marcha los motores
de los camiones de la basura.
Lloverán risas,
arderán lágrimas,
dolerán soledades,
despertarán dramas,
se apagarán historias,
surgirán esperanzas.
Se desvelarán villanos y héroes,
como en las grandes leyendas,
pero viviendo en el secreto
de las esquinas familiares.
Y cuando llegue la noche,
después de que el último rezagado
abandone el asfalto acristalado
para buscar refugio,
mi calle mojada
seguirá montando guardia
ante las tragedias y alegrías
que encierran en silencio
sus casas
antiguas y bellas.
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