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Atardecer foral
Esta foto va sin poesía porque es en sí todo un poema. Un atardecer captado el 17 de noviembre hacia las 6.10 de la tarde. Me gusta Pamplona, Me gusta mi barrio, que me regala con vistas como esta y otras mejoras que a veces no puedo congelar porque no llevo la máquina encima. Me…
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A mi madre
Todas las noches sueño que no te alcanzo cuando emprendes el viaje que nos ha separado En mi garganta dolorida quedan las preguntas que nunca te hice y el latido de tus nanas. Mis primeras palabras fueron tuyas y tus últimas palabras fueron mías En el intermedio, un universo de descubrimientos asombrosos. Fuiste roca expuesta…
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El árbol enamorado
Cuántas veces he pasado a tu lado con prisa por llegar a la rutina encadenada. Eras uno más en el paisaje solidificado de mi locura aprisionada en una carrera sin sentido Pero una mañana de pesares que lastraban mis correrías, volví la mirada hacia tu pecho de corteza rugosa Y allí, descubrí un corazón abierto…
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A mi padre (soneto)
Te debo el amor a la belleza que ha salvado mi alma herida por muchas derrotas en la tristeza suavizadas por tu sabiduría. Me recogiste del fango absurdo sin reproches, con alegre sorpresa, aunque me resistí terco y rudo, pero tus ojos cobraron su presa. Tu iris, azul como tu bahía, bañó de paz los…
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Mi pequeña Navidad
He puesto el belén en la chimenea sin olvidarme de las ovejas mutiladas que se sostienen gracias al musgo en el que hunden las patas que les quedan. Los recuerdos se amontonan como los mozos del encierro una mañana de adrenalina y suspense en el callejón de la plaza: Mi padre pone las figuras debajo…
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Las luces del día
Qué bonitas son las casas que bordean mi plaza cuando las ilumina el sol tenue de la mañana. Qué hermosas las miradas brillantes y limpias de los niños que juegan debajo de mi ventana. Qué opresiva mi habitación espaciosa cuando me encierro en ella buscando soledad. “No es bueno que el hombre esté solo” y…
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Adiós a un año aciago
Atrás quedaron vidas que fueron amadas y sinceramente admiradas Se las tragó un tiempo despiadado que se desparramó como un alud de dolor, muerte y sufrimiento. Y aún duelen las heridas en los corazones que siguen latiendo buscando con ansiedad un tiempo esperanzado y luminoso Pero el dolor y la esperanza a menudo van de…